sábado, 2 de agosto de 2008


"Una mujer partida en dos" en el Titanic

Fabián, 2 de Agosto de 2008

“Por fuera era todo lo que una chica debe ser. Por dentro estaba gritando” se confiesa Rose poco antes de elegir la alternativa del suicidio en la popa del Titanic como único modo de escapar a lo que parece ser su destino. Un “enviado” la rescatará y la ayudará a “ascender” nuevamente a cubierta.

Para no quedarme solamente con una visión bíblica del tema (es decir a la aparición de la dualidad -macho/hembra, bien/mal entre otras- con posterioridad a la caída) recurriré al Banquete de Platón para fortalecer el concepto:

Allí, Aristófanes dice, bromeando, que los primeros seres humanos eran redondos y tenían cuatro manos y cuatro pies, espalda y flancos formando un círculo, una cabeza con dos caras que miraban lados opuestos, sobre un cuello redondo y perfectamente iguales; también cuatro oídos, dos traseros, y el resto según corresponde. Estas criaturas originales eran de tres tipos: macho-macho, macho-hembra y hembra-hembra. Eran inmensamente poderosos; y como los dioses les temían, Zeus decidió cortarlos en dos. Dividirlos, separarlos en dos partes.

Ya separados, como cada una de esas partes deseaba a la otra, se reunieron y se abrazaron con la intención de volver a ser uno. Es así de antiguo ese deseo implantado en nosotros de volver a ser lo que fuimos en un principio.

1 comentarios:

Sebastián Nuñez dijo...

Se puede abordar el Titanic de Cameron infinita cantidad de veces... y siempre bajaremos con una nueva "lectura"... que nunca tachará las anteriores.

De Platón a la Biblia; de Griffith a Hawks, Cameron nos lleva de la mano para que veamos y podamos entender...